Que entrete empezar el día con una sonrisa:
Como nunca, venía atrasado a la pega.
Como nunca, me quedé dormido y me pasé una estación en el
metro.
Como nunca, usé la escalera automática para salir de la
estación…
Y como siempre, decidí subirla caminando. Hasta que llegué a
una pareja de hombres,
que usaban todo el ancho de la escala. Fue entonces, cuando
pedi permiso para pasar.
Foto: rodrigo unda. 2012.
Los hombres hicieron un amago de moverse dejando muy poco
espacio.
Una vez los dejé atrás, escuché como uno de ellos decía en
voz alta:
“yo trabajo en escaleras y las escaleras no son para caminar”
a la vez que hacia un gesto de soberbia…
Entonces, y aprovechando que llevaba una ventaja de unos 8
metros le grité:
“claro, por eso estay tan gordo po’ wn.”
Y seguí mi camino raudo, pero igual de atrasado. Como siempre.